Las lentes intraoculares fáquicas son la principal alternativa a la corrección refractiva con láser EXCIMER. Se trata de unas lentes plegables, que se introducen en el ojo por medio de pequeñas incisiones, desplegándose suavemente en su interior y que son colocadas por el cirujano por detrás del iris, quedando localizadas por delante del cristalino.
Las lentes ICL están compuestas de un material totalmente biocompatible y su diseño permite que se sitúen en la posición deseada sin contactar con otras estructuras oculares. Con más de 20 años de uso, su eficacia y seguridad están avaladas por múltiples estudios clínicos.
Inicialmente, las lentes ICL se reservaban para pacientes con niveles muy elevados de miopía o en aquellos con espesores corneales reducidos, en los que no era posible realizar tratamiento con láser. Sin embargo, estas indicaciones se han ampliado mucho en los últimos años, por ejemplo en pacientes con problemas de ojo seco u otras situaciones que hacen menos recomendable la cirugía con otras técnicas o, sencillamente, por elección del paciente y el cirujano.
Además de las indicaciones específicas, una característica que puede llevar al paciente a optar por estas lentes es su reversibilidad: si fuera preciso, la lente puede extraerse pasado el tiempo, volviendo el ojo a su estado refractivo previo.
La cirugía es, al igual que en el caso del láser, ambulante y se realiza también bajo anestesia tópica.