Existen distintos tipos de lentes, aunque, fundamentalmente, podemos dividirlas en dos categorías:
- Las lentes monofocales enfocan toda la luz en la retina, proporcionando muy buena visión lejana, a costa de limitar la cercana e intermedia. El objetivo con este tipo de lente es que el paciente no utilice gafas de lejos, sabiendo que sí serán necesarias para el resto de tareas.
- Las lentes multifocales (BIFOCALES, TRIFOCALES, RANGO EXTENDIDO), consiguen generar distintos focos, permitiendo buena visión en lejos, cerca y distancia intermedia. Con estos implantes, buscamos que el paciente pueda realizar la gran mayoría de sus tareas habituales (en muchos casos todas ellas) sin usar gafas.
- Recientemente hemos añadido a nuestras opciones terapeúticas las lentes monofocales plus, que aportan mayores prestaciones que una lente monofocal, sin las exigencias de salud ocular de las multifocales.
La cirugía no varía con uno u otro implante, realizándose, con anestesia local y ambulatoriamente, la extracción del cristalino (catarata) e implantando una lente intraocular en su sustitución.
Resumiendo, las características principales de las lentes multifocales son:
- Permiten gran independencia de gafas, de modo que podamos realizar la mayoría de nuestras tareas sin ellas, a cualquier distancia.
- Precisan de un estado óptimo de los ojos, previo al implante, no estando recomendadas en presencia de ciertas patologías.
- Presentan algunos efectos secundarios característicos, principalmente la presencia de halos alrededor de las luces, mayoritariamente bien tolerados por los pacientes.
La adecuada selección de la lente, adoptada tras una conversación médico/paciente en la que se expongan los pros y los contras de manera personalizada, será la clave para obtener la máxima satisfacción postoperatoria en la cirugía de cataratas.